MIEDO
Distorsiona nuestra realidad. Se alimenta de lo incierto. Hace pasar lo que nos aterroriza por lo que sabemos, ofreciendo lo peor cuando no sé sabe. El miedo nos dice lo que podemos y no podemos hacer. Cuando nos enfrentamos a la necesidad de mirar fuera de nosotros mismos y pensar críticamente, como una persona que acaba de perder la vista. El miedo trata de alterar nuestra opinión, ahogando nuestra capacidad de cuestionarle. El miedo convence al ciego de que no volverá a trabajar, que no podrá ser independiente, que jamás tendrá pareja… Sin embargo, es una ilusión. Si el ciego decide no someterse al miedo, su realidad cambiará.