¿QUÉ SOMOS?

Odio que me hagan esa pregunta. Se arriesgan a escuchar lo que no quieren oír, porque quien pregunta siempre quiere algo más. Y para qué, ¿por una etiqueta de mierda? ¿No hay suficientes hastags en las redes ya? No entiendo por qué necesitamos ponerle nombre a todo. Es obsesivo, controlador, analítico. Entonces, ¿por qué queremos crear una inteligencia artificial que se parezca a nosotros? Si cada vez somos nosotros los que nos parecemos más a un puto ordenador. Me preocupa. Los objetos son un fin para y las personas un fin en sí mismo, no al revés. 
Pues ayer le pregunté qué somos a alguien. ¡Boom! Te acaba de dar un cortocircuito mental. Sí, lo admito. Es verdad eso que dicen, que de repente aparece una persona que te da mil vueltas, te rompe todos los esquemas, te vuelve jodidamente loco. En ese momento, no quieres, pero necesitas ponerle nombre a todo ese terremoto de emociones. No sabes si es por entenderte o entenderlo, por controlarlo o controlarte, como comodín para irte o quedarte. Preguntas. Y todo lo que has leído al principio lo mandas a la mierda.

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